lunes, 16 de mayo de 2016

Modelo de Bienestar de Lin y Ensel

Los Psicólogos N. Lin y W. Ensel., fueron continuadores de los postulados del estrés psicosocial. Para estos autores, el estrés puede señalarse en tres entornos: (1) Social, (2) Psicológico, (3) Fisiológico. Para sustentar sus planteamientos propusieron dos teorías complementarias: la teoría del Afrontamiento y la Teoría de la inhibición del distrés.

En el centro de este modelo podemos encontrar el apoyo social como recurso fundamental del bienestar psicosocial de las personas. La estructura está en relación directa con las fuentes de apoyo social las cuales tienen una correlación entre el individuo y su realidad cotidiana. Estas denotaciones establecen variables objetiva del apoyo.

Lin y Ensel señalan tres (3) estratos: uno externo y más amplio en el cual la persona establece apoyo social, se identifica y participa con otras personas de la sociedad. En ella el individuo hace parte de organizaciones informales (asociaciones, grupos cívicos, grupos de autoayuda, etc.), actuando de forma voluntaria. Un segundo estrato, más próximo al individuo, son las redes sociales (familiares, amigos, vecinos del barrio, compañeros de trabajo o estudio) en las cuales se establecen vínculos afectivos importantes y se denotan lazos profundos hacia los otros. El último nivel es aquel en el cual la persona establece el más íntimo contacto con aquellos que son significativas para sí mismo, en donde los sentimientos de compromiso se profundizan y se determinan un amplio sentido de responsabilidad y deseo de bienestar del otro. (pareja, hijos, padres, hermanos, amigos íntimos y en algunos casos compañeros de trabajo.

Las relaciones sociales implican una percepción por parte del otro, acerca del apoyo que ha recibido (dimensión subjetiva). Y este sentir la “ayuda” del otro hace que la persona que recibe el apoyo tenga una visión positiva de la asistencia. No es la cantidad de relaciones de apoyo que se tengan sino la calidad y la percepción positiva que se tenga de ellas. “En este sentido, Turner (1983) y más recientemente Wen, Hawkley y Cacioppo (2006) concluyen que el elemento fundamental no es la mera inserción objetiva en una red social densa, sino la existencia de una red de relaciones con un significado de apoyo emocional, informacional y material percibido por el sujeto.” (Buelga, 2009, 69).


Dentro de los procesos de las relaciones con los demás y el establecimiento de diferentes redes, el apoyo social presenta dos funciones esenciales: (1) Instrumentales, (2) expresivas. Las primeras se caracterizan, en el marco de las relaciones sociales, por ser un medio para alcanzar metas a través de una ayuda material o un servicio: consecución de un empleo, préstamo de dinero, cuidado de un familiar. En las funciones expresivas las relaciones sociales son un fin y un medio por medio de los cuales el ser humano comparte sus sentimientos, manifiesta sus experiencias, expone los pensamientos propios, expresa los sentimientos de sentirse cuidado, valorado, querido, etc.

Señala E. Gracia, el papel preponderante de la función expresiva del apoyo social en el bienestar físico, social y psicológico de las personas y resalta como su ausencia puede generar en las personas alteraciones de la salud.


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